Y lo soy no por casualidad, sino por vocación. Soy lo que hago.
Me encanta mi profesión, las fiestas, la decoración, las comedias románticas y vivir en el campo.
Disfruto de cada momento, de cada preparativo, de cada minuto que dedico a reunirme con mis clientes. Empatizo mucho con ellos y en las bodas siempre acabo emocionándome.